dimecres, 30 de gener del 2013

Una joya, una amiga

Ya os conté por aquí el encuentro personal que había tenido con una mamá de un bebé de luz. Lo maravilloso que es poder hablar de tú a tú con alguien a quién no necesitas explicar más que lo que sientes, porque lo entiende. Sin más. 

Esos cafetitos han continuado. Hemos tenido nuevas "incorporaciones", nuevas amigas, nuevas madres. Ojalá no hubiera sido así, ojalá el "grupito" no tuviera que aumentar, ojalá nadie más tuviera que enfrentarse a la pérdida de su bebé. Pero por desgracia, sabemos que no vamos a ser las últimas.

Hay muchas cosas que me llaman la atención de estos encuentros:

El cariño que hay entre nosotras. Sin apenas conocernos aparecen los abrazos. Quizás porque sabemos de la necesidad de darlos y recibirlos.

La emoción que se respira. No hablo de tristeza, de dolor. Claro que existen, pero hay tantos sentimientos bonitos en esas conversaciones. Hay lágrimas, claro. Es un botón que tenemos, como dice mi amiga Maria. Un botón muy sensible que con cualquier pequeño estímulo hace que las lágrimas empiecen a brotar. También hay risas.

El tiempo pasa de otra manera. La última vez nos tuvieron que "echar" del bar porque estaban cerrando. Para nosotras había pasado apenas una hora, pero llevábamos más de tres. Será que estamos a gusto... Será que no encontramos en nuestra vida habitual momentos y personas con las que poder hablar con la misma normalidad y tenemos necesidad de hacerlo.

Esta última vez me he llevado una sorpresa. Este regalo:



Llevo varios días queriendo compartirlo aquí, pero pasa el tiempo y sigo sin encontrar más palabras que GRACIAS. No es sólo por la pulsera en si, que parece que está hecha para mis hijas, que me encanta. No es sólo por sus palabras: "esta pulsera era mía, pero está claro que tiene que ser para ti". No es sólo por ver que esta amiga se acuerda de mí y de mis hijas. Lo que me emociona de verdad es sentirme tan afortunada por las maravillosas personas que mis hijas, con su partida, han puesto en mi camino.

Por ello, GRACIAS, se queda corto. La joya no es la que llevo en la muñeca, sino la persona que me la regaló.

Gràcies, Bel, per tot.

Gràcies, Maria, per un horabaixa tan especial.

Mil besadetes, Joan i Àngel.

dimarts, 22 de gener del 2013

El hijo no nacido

Esta es la escultura de Martin Hudáček, el monumento al niño no nacido, en un pueblo de Eslovaquia.


La primera vez que vi esta imagen me estremecí. Sentí que representaba perfectamente como me sentía en ese momento: mi dolor reflejado en esa madre y mis hijas "invisibles" a mi lado consolándome, acariciándome. Hay que ver lo subjetivo que es el arte...

Hoy me he vuelto a encontrar por casualidad con esta imagen y me ha dado por saber más. Así que le he dado al señor google y resulta que es algo diferente a lo que pensaba. Por lo visto habla del arrepentimiento de una madre después de abortar y del perdón por parte de su hijo no nacido.

Y me he indignado...

No voy a entrar en un debate a favor o en contra del aborto "voluntario" (el entrecomillado es totalmente intencionado), este no es el lugar para hacerlo. Lo que pasa es que me he sentido frustrada porque pensaba que este monumento era en honor a las madres y los hijos que se fueron antes de tiempo. Pero no, se supone que es en defensa de la vida o, como yo lo veo, un ataque hacia las mujeres que "deciden" (de nuevo intencionadamente las comillas) no traer una vida a este mundo.

Lo que más me molesta no es que expresen su opinión, me parece perfecto. Lo que me indigna es que estas mismas personas que se llenan la boca con "la defensa a las criaturas indefensas", al mismo tiempo no me reconocen como madre, ni a mis hijas como tales. ¿Pero esto qué es? 

No puedo decidir abortar porque estoy matando a una vida, pero mis hijas, a las que perdí involuntariamente, no fueron más que fetos, no puedo inscribirlas en un libro de familia, no puedo disponer de sus cuerpos para enterrarlos, incinerarlos, no puedo verlas ni tenerlas en brazos, no tienen identidad propia, no existen...

Ahora me doy cuenta de que soy una ilusa por pensar que ese monumento estaba hecho para mí y para todas las madres que perdieron a sus bebés en su vientre. 

Aún así, la escultura me sigue pareciendo preciosa. Seguiré mirándola con mis ojos, como estoy aprendiendo a ver el resto del mundo. Poco importa su significado real, lo que cuenta es como yo lo sienta.

diumenge, 20 de gener del 2013

20 de enero

Llevo la fecha de hoy grabada en el corazón. El 20 de enero de 2012 tendría que haber nacido mi primera hija. Sí, ya sé que eso de la FPP es muy relativo, pero las mujeres embarazadas la esperan con muchísima ilusión. Hasta que el bebé nace y se define la fecha, la fecha probable de parto es el día más importante.

Recuerdo este día el año pasado. Fue horrible, sólo esperaba que pasara lo más rápido posible. Por suerte Aina me acompañaba en el vientre y trajo algo de ilusión. No dejaba de repetir: "no sé que hubiera sido de mí hoy si no hubiera estado embarazada".

Es mi segundo 20 de enero desde que Júlia nos dejó y pienso en que, si nuestra vida hubiera sido otra, estaríamos celebrando su primer año. Imagino la tarta que le hubiera hecho su abuela, en una vela con un uno grandote, en las miles de fotos (ahora con papá y mamá, ahora con los tíos, ahora con el abuelo...), en cómo le estaríamos enseñando a hacer el uno con su dedito, a mí y a su papá emocionándonos pensando en un año atrás, en ese parto que la hubiera traído a nuestros brazos...

En realidad esa mamá no soy yo, esa hija no es la mía. Esa es otra vida. Me hubiera gustado vivirla aunque para ello tendría que renunciar también a todo lo aprendido en este tiempo, a esta nueva yo, esta nueva mamá. Sí, daría cualquier cosa por tener a mi hija conmigo... Pero hay una parte de mí que se alegra de todo lo vivido a raíz de su partida. Es raro, ¿verdad?

En cualquier caso, de nada vale plantearse lo que pudo ser y no fue.

Lo inevitable es sentir este vacío...

T'estim, Júlia.

divendres, 18 de gener del 2013

Regalos inesperados

Abro Facebook, medio dormida aún (menuda siesta me he pegado) y me encuentro un mensaje nuevo. Siempre es bonito tener un nuevo mensaje. Me gustan los minutos mágicos antes de abrirlo. ¿Quién será? ¿Qué dirá? Al picar encima veo que es de Abril (en realidad es Elena, su mamá) y un archivo que pone mi nombre. Al abrirlo me encuentro esta imagen:


¿A que es precioso? Me ha emocionado tanto...

No tengo palabras, Elena. Sólo GRACIAS. Por hacerme sentir tan querida y por acordarte de mis hijas. Eres una gran mamá. Conoces muy bien la importancia que tienen estas cosas que, aunque parezcan pequeñas, valen un mundo.

Un abrazo enorme y miles de besos para Marta, Ona y Abril.

dilluns, 7 de gener del 2013

Una nueva vida

Hay mujeres que te tocan el alma.

Hay nuevas vidas que llegan.

Y cuando las dos cosas se dan al mismo tiempo, cuando una nueva vida llega a una mujer que te ha tocado el alma, hay felicidad inmensa.

Un embarazo después de una pérdida no es fácil, es realmente complicado. Hay miedos, ansiedad, angustia y también la alegría (¿por qué no?). No queda más remedio que creer que es posible. Porque lo es, ¡claro que sí!

Te quiero, amiga. Te quiero, bebé.

Deu i setze mesos

I el temps passa i passa... No s'atura... I avui ja és 7...

Cada mes intent tenir un record dels moments que passàrem juntes, però avui només puc pensar en els de després. Però no en els moments difícils, dolorosos, de tristesa. Avui només sóc capaç de veure tot allò positiu que heu deixat amb la vostra partida. Totes aquelles coses bones que no hagués pogut viure si tot hagués estat d'una altra manera.

Són tantes i tantes coses que no sabria per on començar. He parlat moltes vegades del camí que estic fent, dels aprenentatges, dels canvis, de la nova manera de veure la vida, de viure la maternitat... De les persones meravelloses que he trobat en aquest camí, que no hagués pogut conèixer d'una altra manera. 

Però especialment us vull donar les gràcies per com ens estau ajudant al papà i a mi com a parella. Ens heu fet plantejar-nos molts aspectes importants i a trobar noves sortides. Ens heu permès conèixer el millor de cada un i ens heu fet veure com ens estimam. Heu creat una nova família, una família millor... 

I tot ho heu provocat vosaltres, petites meves. 

Només tenc paraules d'agraïment. Gràcies, Júlia. Gràcies, Aina.

Res no seria tan satisfactori com tenir-vos en braços, però ja sabem que aquesta vida no és la meva, no és la vostra. Tal vegada el vostre paper en aquest món era ensenyar-nos totes aquestes coses. ¿Qui sap?

Vos estim!

diumenge, 6 de gener del 2013

No llores

¿Alguien ha pronunciado esta frase alguna vez? Es complicado no hacerlo, lo sé. Hay una fuerza mayor que nos impulsa a decir "no llores". La hemos oído desde la infancia y, claro, se queda grabada en la mente y sale a la menor ocasión.

Yo no me salvo, no os creáis. Aunque tengo que decir que en mi trabajo aprendí a hacerlo de otra manera. Los niñ@s te enseñan tanto...

Cuando alguna persona (adulto o niño) llora en nuestra presencia le soltamos la frase. Así, cuando la persona deja de llorar (los niñ@s suelen tardar más, son más sabi@s) aprovechamos para darle nuestro mejor consejo, visto desde fuera (¡claro!) y así nos sentimos útiles. Incluso intentamos distraer, cambiar el tema y así ya estamos completamente satisfech@s: hemos conseguido hacerle sentir mejor.

Pero realmente, cuando pronunciamos estas palabras, estamos dando a entender que no validamos los sentimientos de la otra persona, que no tiene motivo para llorar, que no tiene que sentirse así. Le estamos diciendo que no queremos afrontar aquello que le pasa.

La realidad es que no sabemos acompañarla como necesita, que su llanto nos hace sentir impotentes, que nos hace sentir mal a nosotr@s por no saber resolver la situación.

Tendríamos que aprender a actuar menos y escuchar más. Por muy buena intención que tengamos, la única manera de ayudar de verdad es dejar que la otra persona exprese lo que siente. Las lágrimas dicen lo que las palabras no saben explicar.

Así que empecemos a cambiar la dichosa frasecita por "llora cuánto necesites". Os aseguro que es mucho mejor. Os lo digo yo, que tengo un máster en llanto. En llanto propio, me refiero. Para saber acompañar aún me queda camino...

Hoy, por ejemplo, hemos ido a visitar el mar de Júlia y Aina (ya se ha convertido en su mar). Quería estar un rato allí y sentirlas algo más cerca (cosas de mamás). Tenía intención de "hablar" con ellas, pero la verdad es que sólo han salido lágrimas. Ha sido un llanto tranquilo, lleno de tristeza, añoranza y amor. Pero lo he recibido como algo natural, necesario. He aceptado que así lo sentía y lo he dejado fluir. ¡Cuánto pueden sanar las lágrimas!

El papá ha sabido acompañarme tan bien... A mi lado, en silencio, con una mano en mi pierna, dándome tiempo, dejándome soltar... Un precioso momento de pareja que tanta falta nos hace.

Después ha llegado la paz y el resto del día ha sido muy bueno. Quizás porque he dejado todo el dolor de hoy allí en la playa. Algún día volverá, pero ya sé cómo afrontarlo.

Acabando de escribir esta entrada me llega un mensaje desde SUA que no podía ser más apropiado (Gracias, M. Àngels). Es una cita de Cristina Romero, en su libro Una rEVOLución en la escuela. Despertando al dragón dormido:

"EL LLANTO: ese gran mecanismo humano de reequilibrio interno que hemos desprestigiado y reprimido social y culturalmente pero que es un gran patrimonio de la humanidad". 

Después de esto, sólo tengo una cosa que añadir: "llora cuánto necesites".

El primer año de Marta

Seguimos de cumpleaños. 

Es difícil celebrar cuando la persona no está, cuando las cosas no son como esperamos, como deseamos...

Marta nació para volver a la luz, ayer hizo un año. No ha tenido la oportunidad de estar físicamente, pero ha tenido su fiesta, su momento, su recuerdo... Sus padres y su hermana mayor no la olvidan. 

¡Es tan bonito ver  cómo las familias de los bebés de luz los siguen recordando!

¡Feliz cumpleaños, Marta! Mis mejores deseos para tu familia. Ha sido un año muy difícil, pero ya va saliendo el sol.

dimecres, 2 de gener del 2013

Feliz cumpleaños, Marco

Marco, bonito, has cumplido tu primer año en ese lugar de luz. El mismo que compartes con mis pequeñas. Seguro que os queréis tanto como nos queremos tu mamá y yo. Como dice ella, debéis de ser vosotros quienes nos mandáis tanta fuerza porque, sino, ¿de dónde debe provenir?

Aquí te dejo tu velita de cumpleaños, la que hemos encendido para ti en el rinconcito de Júlia y Aina. Ojalá la hubieras podido soplar tu mismo... 


Te quiero, pequeño. ¡Y a tu hermana también!

Esperamos pronto ese regalito que tenéis preparado...

Muchos besos para los dos y un abrazo enorme a vuestros papis.