dimarts, 5 de juny del 2012

Los regalos de mis hijas

No todo es malo, no todo es dolor... Cuando la vida te quita algo, de alguna manera te lo devuelve... No diré que he salido ganando, porque nada sería mejor que tener a mis hijas en brazos. Pero si es cierto que han llegado y siguen llegando muchas cosas buenas. No son cosas materiales, ni tampoco alegrías ajenas a mis hijas. Todo tiene que ver con ellas, conmigo, con mi maternidad, con mi condición de mujer, con mi sabiduría... Son los regalos que me han dejado mis hijas.

Estoy creciendo tanto...

El sentimiento es extraño, porque no puedo alegrarme por haberlas perdido, pero me gusta la persona en la que me estoy convirtiendo. Además me molesta que otros no puedan verlo y se queden únicamente con mi tristeza, con mi despreocupación por las cosas triviales, por mi determinación frente a aspectos tan sagrados como la maternidad y todo lo que ello conlleva,... 

Si ellos supieran... Si pudieran ver más allá de mi aparente apatía, desgana, pena, malhumor se darían cuenta de lo fuerte y valiente que soy, de lo mucho que avanzo, de todo lo que he aprendido y sigo aprendiendo cada día. De lo mucho que aprecio la vida, porque me siento más viva que nunca. Si en vez de juzgarme quisieran escucharme... 

Puede que yo también esté siendo injusta y poco tolerante. Puede que les esté pidiendo más de lo que realmente pueden dar. Puede que sea muy difícil entrever mi interior con todas las capas que llevo encima. Puede que el primer paso para ser comprendida sea empezar a destapar. Pueda que sea difícil entenderme sin haber pasado por ello...

Entonces, que sigan sin saber. A nadie le deseo que pase por esto. 

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada