dissabte, 26 de maig del 2012

Necesidad de tiempo

En el camino de la vida nos vamos encontrando piedras y tenemos que superarlas. Yo me he encontrado con una muy grande, una montaña. Podría rodearla, podría intentar destruirla, podría buscar un atajo,… Eso ya lo intenté. Pero he decidido enfrentarme cara a cara con ella y decirle “yo soy más fuerte que tú, no vas a poder conmigo”. Porque creo que ésta es la mejor manera, que voy a salir fortalecida de la experiencia.

Hay días en los que el camino es sólo una pequeña cuesta y puedo avanzar muchos metros. Hay días en los que la cuesta se hace más pronunciada y el cansancio no me deja dar ni un paso. Hay otros en los que el camino es tan duro que no puede hacerse andando, tengo que escalar, sin cuerdas. Me dejo las manos (y el alma) agarrándome para no tener que bajar, para no caerme. Hay días en los que me caigo, pero, por suerte, encuentro la red que me sujeta (¡gracias!).

Voy llegar a la cima y bajar la montaña, pero para ello necesito tiempo. No el que la gente crea que es necesario, no el que a ellos les gustaría, sino el que yo necesito, sin presiones.

Soy consciente que a los que me quieren les cuesta verme sufrir, que les gustaría que fuera la de siempre, pero eso no va a ocurrir. Me duele el alma y para ello no hay medicina. He pasado por una experiencia muy triste y dolorosa, nunca podré volver a ser igual que antes. No quiere decir que vaya a ser peor, pero ya no seré la misma, seré diferente, incluso creo que mejor. Pero para encontrar a mi nueva yo tengo que pasar por un proceso, no puede ser de un día para otro. Y, ¿sabéis?, voy por buen camino. Dadme tiempo.

Necesito tiempo para reorganizar mi vida, para aprender a vivir con mis hijas de una manera diferente a como me había imaginado. No tengo que olvidarlas ni dejar de quererlas porque no estén conmigo. Ser fuerte es ser capaz de sentir amor a pesar del dolor. Acepto lo que ha ocurrido, pero no puedo hacer como si ellas no hubieran existido, porque si lo han hecho.

Mis hijas sí han tenido vida. No era el cuerpo el que iba creando vida, sino la vida que se iba transformando en un cuerpo. El problema es que ese cuerpo no estaba preparado para que la vida pudiera darse fuera de mi vientre. Ellas han sido invisibles para los demás, pero siempre van a estar en mi corazón y en mis sentimientos. Siempre van a formar parte de mi vida.

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